La globalización es según la RAE la “tendencia de los mercados y de las empresas a extenderse, alcanzando una dimensión mundial que sobrepasa las fronteras nacionales“. Esta definición sin embargo se queda algo corta cuando hablamos de la globalización como fenómeno económico y cultural que en las últimas décadas ha cambiado considerablemente el mundo tal y como lo conocemos. La globalización es más bien la etapa actual del capitalismo en la cual desaparecen las fronteras económicas. Esto posibilita la libre circulación de bienes, productos y capitales y tiene un efecto en temas como la cultura, el desarrollo, la política, el bienestar y el medio ambiente.
Aunque el origen del proceso de globalización es bastante anterior, ha adquirido su mayor relevancia histórica a partir del final de la guerra fría (entendida como la caída del muro de Berlín en 1989). La desaparición del bloque soviético, la relajación de las tensiones internacionales, la creación de la Organización Mundial de Comercio (OMC) en 1995 y, por encima de todo lo anterior, los avances y el abaratamiento de la comunicación y el transporte han sido el caldo de cultivo ideal para acelerar el proceso de globalización hasta nuestros días.
En lo que nos afecta como Gestores de Proyectos podemos diferenciar tres etapas principales que se han dado de manera consecutiva durante este proceso de globalización y que han hecho cambiar la estructura, el desarrollo y los resultados de nuestros proyectos y de las empresas en los que son realizados. Es preciso mencionar que en nuestra exposición dejaremos de lado los aspectos legislativos, culturales y demográficos de la globalización para centrarnos únicamente en aquellos que nos afectan en la Gestión de Proyectos.
Primera Etapa
La primera fase de la globalización consistió en la posibilidad de comprar y suministrar mercancías provenientes de cualquier país del mundo. Especialmente impulsado por la OMC, la reducción de aranceles y las nuevas y más baratas posibilidades de transporte y logística, cada vez era más interesante proveerse de bienes procedentes del extranjero. Esto hizo que los países tendiesen a especializar su producción puesto que el mercado disponible pasó de ser local o nacional a ser un mercado global.
Estos cambios harían que a lo largo de varias décadas desapareciesen incluso industrias completas de algunos países y regiones, como ocurrió por ejemplo con la industrial textil en Estados Unidos.
Segunda Etapa
Este último párrafo nos lleva al segundo grado de la globalización, consistente en la fabricación de bienes cada vez más complejos en los países que aportan mayores ventajas competitivas en forma de menores impuestos o costes laborales. Se pasó de especializar la producción para la cual cada región contaba con ventajas competitivas (primera fase) a relocalizar producción que hasta entonces se había realizado en ciertas regiones, pasando a realizarla en países con mano de obra e impuestos más baratos. Las grandes multinacionales tienen una ventaja clara con respecto a las pequeñas empresas a la hora de mover la producción para abaratar costes, lo cual haría que dichas multinacionales ganasen cada vez más en importancia económica.
Este paso supondría al fin y al cabo el cierre de fábricas en los países de origen de muchas empresas para pasar a producir en masa desde países como China, India, México, Indonesia o Turquía. Con el movimiento de fábricas llegaría tarde o temprano la transferencia de know how y de funciones de las empresas, lo que nos lleva a la tercera etapa.
Tercera Etapa
El tercer grado de globalización es el que estamos viviendo actualmente, que pasa de afectar a los sectores primario y secundario a afectar al sector servicios en su forma más amplia. El factor más importante que ha contribuido a los cambios en esta tercera etapa es la aparición de servicios de comunicaciones baratos e inmediatos mediante el uso de internet, computadores y smartphones.
La tercera etapa supone en sus inicios la globalización del comercio minorista mediante las plataformas de venta online, con Amazon a la cabeza. Incluye también la globalización de las plataformas de comunicación mediante servicios online como Netflix, Youtube o Spotify que a su vez fomentan la globalización cultural. También se ocupa del sector turístico (aquí hablamos de Uber y Airbnb). Sin embargo, lo que más nos afecta como Gestores de Proyectos es que el cambio afecta a la organización de las empresas mediante la globalización de los servicios de IT, administración e incluso recursos humanos, los cuales son reubicados o subcontratados en la India, China o Europa del Este principalmente por sus menores costes laborales.
Si bien todos somos conscientes y nos hemos acondicionado ya a las dos primeras etapas de la globalización, la tercera etapa supone un cambio actual al que nos deberemos adaptar como Gestores de Proyectos haciendo especial hincapié en conocimientos y cualidades cada vez más importantes como idiomas, relaciones interculturales, comunicación, teletrabajo y en general gestión de equipos a distancia.
De nada sirve la resistencia al cambio pues aquellos trabajadores, y en definitiva aquellas empresas que sepan utilizar debidamente las posibilidades de la globalización son aquellas que acabarán resultando ganadoras a largo plazo. Las que no lo hagan tienen serias posibilidades de acabar siendo adelantadas por otras más dinámicas tal y como viene sucediendo desde siempre en la historia empresarial.
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