La Teoría X e Y fue ideada por Douglas McGregor en 1960 como parte de sus estudios de los funcionarios de administración en Estados Unidos. McGregor diferencia dos enfoques a la hora de entender y liderar a los trabajadores.
La teoría X es una gestión rígida y autoritaria, la que entendemos ahora por más tradicional, y se basa en la idea de que los trabajadores siempre intentan hacer lo mínimo posible y por tanto tienden a escabullirse del trabajo. Esta idea negativa de los trabajadores a su vez hace que el liderazgo de los mismos deba ser claro en sus estructuras y procesos y también muy estricto. La diferenciación entre trabajadores y jefes estará también muy definida.
La teoría Y es una gestión más enfocada en la motivación y toma de responsabilidades de nuestros trabajadores, y es una gestión más moderna. En este caso se parte de la premisa de que los trabajadores se esfuerzan, buscan tomar responsabilidad y aceptan retos, por lo que su motivación viene de aspectos diferentes al de ganar dinero con su trabajo. La gestión en este caso se enfoca en distribuir responsabilidades y crear un equipo de trabajo que permanezca motivado a lo largo del proyecto.
A pesar de ver la teoría X como más clásica y la Y como más moderna, diferentes personas, culturas y ocasiones requerirán de una aproximación más inclinada hacia uno de los dos lados. Es por tanto recomendable ser consciente de los dos enfoques y de cómo la visión que tenemos de nuestro equipo hará que adquiramos una gestión más X o más Y. Al mismo tiempo debemos ser cuidadosos a la hora de evaluar la actitud de nuestros trabajadores, puesto que el personal X o Y no se sentirá a gusto y no funcionará bien si es dirigido de un modo opuesto a su actitud.
Peligros
En la teoría X deberemos evitar un estilo de gestión enfocado en la penalización y el miedo a cometer errores, puesto que dicha gestión hará cada vez más difícil que los trabajadores se sientan responsables de su trabajo y de los resultados del proyecto.
En la teoría Y debemos tener cuidado con dar demasiadas libertades a los trabajadores equivocados. Para eso es recomendable un seguimiento y evaluación periódico de las actividades.