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Cómo ser un líder carismático

El carisma es la capacidad de ciertas personas de motivar y suscitar la admiración de sus seguidores gracias a una supuesta cualidad de “magnetismo personal”. Cuando pensamos en carisma, personas como Barack Obama, el Dalai Lama o Bruce Lee nos vienen a la mente. Dichas personas son o fueron personas a las que la gente mira y escucha casi automáticamente, capaces de inspirar y motivar de una manera especial.

En este artículo hablaremos del carisma y de cómo ser una persona carismática, puesto que el componente de motivación a otras personas es muy importante en nuestro trabajo como Gestor de Proyectos. Piensa que un buen jefe de proyecto es aquel capaz de motivar a los integrantes de su equipo para dar lo mejor de sí mismos con el objetivo de completar el proyecto exitosamente.

Factores del carisma

Aunque es imposible medir el carisma de una persona, sí que nos podemos orientar en unos cuantos aspectos para decir si una persona tiene potencial carismático o no. Dichos factores son principalmente:

  1. Sensibilidad emocional. Dicha característica es la capacidad de reconocer las emociones en otras personas, lo que solemos denominar empatía. Gracias a la misma podemos reconocer la repercusión que nuestras palabras tienen en nuestros interlocutores, lo que nos ayuda a mejorar continuamente nuestra manera de comunicar.
  2. Expresión emocional. Es la capacidad de transmitir emociones de una manera clara y que sea percibida por los demás. Esto nos ayuda a la hora de lograr un impacto emocional en nuestros interlocutores, tanto si pretendemos que el mismo sea positivo como si ha de ser negativo. Como director de proyectos debes ser capaz de transmitir claramente tu enfado o satisfacción hacia los componentes de tu equipo.
  3. Control emocional. Se trata de reconocer y controlar tus propias emociones, siendo capaz de ajustarlas a lo que cada situación requiere. Junto con el punto anterior permite controlar conscientemente la carga emocional de cada situación.
  4. Sensibilidad social. Saber escuchar adecuadamente e intuir cómo tu comportamiento influye en los demás. El primer punto se refería a reconocer las emociones en tu interlocutor una vez se han producido, mientras que la sensibilidad social indica la capacidad de predecir cuál va a ser el resultado de nuestras palabras o acciones en nuestro interlocutor.
  5. Expresión y control social. Ser capaz de interactuar fácilmente con otras personas, poder tener buenas relaciones con otras personas. Ser confiado, seguro de sí mismo. La capacidad social significa que somos capaces de relacionarnos fácilmente.

¿Eres una persona carismática?

Algunas señales que indican que eres una persona carismática son: capacidad de conocer y entablar relación con nuevas personas, poder motivar a un grupo con una idea, las personas tienden a contarte sus problemas, eres buen actor, tus amigos te piden que cuentes historias, eres capaz de ocultar que algo te molesta.

En general hay dos aspectos muy claros que resultan en carisma:

  1. Nos interesamos por los demás, mostramos nuestra empatía e interés hacia el resto. Esto hace que los demás se encuentren bien en nuestra presencia, somos un líder en el que pueden confiar.
  2. La manera de contar las cosas también es un rasgo muy importante. Las personas carismáticas utilizan el lenguaje corporal, diferentes todos de voz, metáforas y logran así involucrar emociones en sus historias. Por ejemplo, según un estudio realizado por Ronald E. Riggio, Barack Obama utiliza hasta el doble de metáforas que otros políticos que no son percibidos como carismáticos.

El carisma es al menos tan importante como la inteligencia o las capacidades técnicas para liderar correctamente a un equipo, así que te recomendamos trabajar en ello.

Cómo entrenar el carisma

¿Cómo puedo ser un director de proyectos más carismático? A continuación proponemos algunos ejercicios muy simples que te ayudarán a mejorar en los diferentes aspectos que contribuyen al carisma.

  1. Sensibilidad emocional. Debemos acostumbrarnos a preguntar cómo se sienten nuestras personas más cercanas. En el momento en que alguien describe sus sentimientos con sinceridad muestra los mismos exteriormente, con lo cual podemos observar cómo se corresponden el lenguaje corporal y verbal. Así mismo, podemos observar cómo diferentes personas expresan de distinto modo sus emociones. Otra cosa que te ayudará es buscar en internet imágenes de personas expresando indiferencia, enfado, sorpresa, ilusión, etc. Encontraremos fácilmente imágenes que exageran estos gestos, lo que nos facilita identificar de qué manera se suelen mostrar los mismos.
  2. Expresión emocional. Una vez seas más consciente de cómo se suelen expresar gestualmente las emociones deberás observar cómo tú las proyectas. Para esto puedes utilizar simplemente el espejo o, mejor todavía, grabarte en video. Ensaya una conversación en la que pretendas mostrar enfado o energía a tu equipo. Cuando veas el video te resultará sencillo identificar en qué campos debes trabajar: tu tono de voz, las palabras utilizadas, la expresión en tu cara o el lenguaje corporal. Realizar este ejercicio para varias situaciones o sentimientos te ayudará a mejorar rápidamente. Recuerda que cuanto más claramente expreses tus emociones mayor cantidad de personas será capaz de entenderlas, aunque por supuesto no debes excederte para no generar rechazo en tus compañeros.
  3. Control emocional. Esta característica quizás sea la más difícil de entrenar. Te recomendamos reflexionar sobre cómo reaccionas a las diferentes situaciones que se dan en tu proyecto, intentando ver las cosas de la manera más neutra posible para decidir de forma consciente cómo quieres verte afectado por dichas situaciones.
  4. Sensibilidad social. Observa cómo tus palabras, expresiones y gestos influyen en tus interlocutores. Muchas veces vivimos conversaciones que no transcurren tal y como pretendíamos, en las que nuestro trabajador bien se enfada, se desmotiva, o simplemente no reacciona como nos gustaría. Estos casos son los que te permiten mejorar si dedicas un tiempo a reflexionar sobre la conversación e intentas averiguar qué ha ocasionado esa reacción no deseada. En muchos casos incluso puedes preguntar a tu interlocutor por la razón. Además te recomendamos probar cosas diferentes y experimentar para encontrar de qué manera funcionan mejor tus conversaciones. Varía el uso de verbos, la hora del día en que tienes la conversación, el lugar, el uso de verbos modales, etc.
  5. Expresión y control social. En este campo lo más importante es que te obligues a ti mismo a relacionarte con los demás. En cualquier comida, fiesta o reunión debes forzarte a hablar con personas que no conoces puesto que estas son las mejores situaciones para trabajar en tu empatía. Verás cómo trabajando en los puntos anteriores notas una gran diferencia cuando entables nuevas relaciones.

Por último, en caso de que creas que tienes una carencia especial en cuanto a carisma, te recomendamos que consideres realizar cursos de soft skills e inteligencia emocional en los que practicar los puntos anteriores en grupo y junto a profesionales que te ayudarán a mejorar.

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