En la gestión de proyectos en particular, pero en todos los aspectos personales y profesionales en general, es importante saber definir objetivos correctamente. Disponer de un objetivo correctamente definido nos va a facilitar la tarea de evaluar en qué parte del camino nos encontramos y además permitirá que focalicemos nuestra energía en la dirección correcta.
En la gestión de proyectos nos encontramos con el tema de este artículo a la hora de definir el objetivo de un proyecto, el objetivo de un paquete de trabajo, de una subcontrata, o los objetivos de los trabajadores del proyecto, de los stakeholders, etc.
Cualquier objetivo definido correctamente ha de cumplir cinco criterios. Las iniciales de estos cinco criterios en inglés forman la palabra “Smart”, que significa inteligente en inglés. Vamos a ver cuáles son estos criterios.
- Specific. El objetivo debe ser específico y no estar formulado de manera general. El objetivo debe dar una respuesta clara a las preguntas qué, quién y dónde, en caso de ser relevantes.
- Measurable. Debe ser posible medir si se ha alcanzado el objetivo o no, además debería ser posible medir en qué porcentaje se ha alcanzado el objetivo para así determinar el progreso. Es decir, el objetivo da una respuesta a cúanto / cuántos.
- Appropriate. Es apropiado, es decir, está dentro de tus posibilidades de influencia.
- Realistic. El objetivo es realista, es decir, es posible alcanzarlo.
- Time-based. Es la respuesta a cuándo. Un plazo o fecha límite es parte de la definición correcta de un objetivo. Esto nos permite, junto con el segundo punto, analizar si vamos a cumplir con el objetivo o no.
Vamos a la parte práctica con un ejemplo. El objetivo de muchas personas es “quiero perder peso”. Después de haber leído lo anterior es más que evidente que el objetivo “quiero perder peso” está muy lejos de ser Smart. Este hecho lo hace algo muy difícil de alcanzar, ya que ni siquiera sabemos exactamente qué es lo que queremos alcanzar.
Intentemos hacerlo algo más específico y medible: “perder diez kilos”. Esto es en efecto algo mucho más concreto, aunque le seguiría faltando el factor temporal para poder evaluar si estamos en el camino correcto para cumplir con el objetivo.
Añadimos pues un plazo: “perder diez kilos en cuatro meses”. Este objetivo es específico, medible, apropiado, relevante y definido temporalmente. Dependiendo de la situación y el peso actual de la persona, también puede ser perfectamente realista.
La correcta definición del objetivo “perder diez kilos en cuatro meses” en lugar de “quiero perder peso” hace que sea posible tanto una planificación como un seguimiento del mismo, lo que nos hace estar mucho más cerca de poder lograr nuestro objetivo.
Te recomendamos que reflexiones sobre este tema y comiences a trabajar con objetivos bien definidos. Verás que este hecho automáticamente te ayuda a planificar adecuadamente y te empuja hacia la consecución de los objetivos.
[…] o servicio. De manera más general podemos hablar del objetivo como un resultado a alcanzar. Sin un objetivo claro, será imposible realizar una planificación precisa y confiable para la ejecución del […]
Muchas gracias por la información. Es clara y entendible, sobretodo por el ejemplo.