En esta entrada te vamos a ayudar a reflexionar sobre tu valor como trabajador. No se trata de una fórmula que calcule un valor exacto, sino más bien de dos factores principales que, mendiante la comparación con otros trabajadores o con tu propio desarrollo como trabajador, te van a ayudar a estimar tu valor para la empresa en que trabajas. Los dos factores principales son:
1 – El valor que aportas a tu empresa. Cuanto mayor sea el valor del trabajo que realizas, mayor podrá ser la remuneración asociada a tu trabajo. Por ejemplo, si eres capaz de realizar el doble de trabajo que hace un año, en teoría tu remuneración podría incluso pasar a ser el doble sin suponer por ello un gasto adicional para la empresa (aunque sí supondría prescindir de un posible ahorro de gastos). Si eres capaz de realizar un trabajo más complicado o de mayor calidad y gracias a ello la empresa puede aumentar su precio de venta, entonces también podrías requerir una mayor remuneración sin suponer gastos adicionales.
2 – El coste de las posibles alternativas. El segundo factor decisivo en tu sueldo es el coste de las posibles alternativas. ¿Cuál sería el precio de contratar a un nuevo trabajador y formarle para que hiciera tu trabajo? Si tienes mucha experiencia y estás altamente cualificado, entonces el coste de sustitución sería inmenso. Posiblemente la empresa tendría que contratar a dos trabajadores para hacer el mismo trabajo e invertir en formación. En este caso, la empresa estará dispuesta a invertir en que tú permanezcas en la empresa (mayor remuneración, beneficios complementarios…). Pasará lo mismo si tu actitud como trabajador es notablemente mejor que la del resto (interés por mejorar, flexibilidad, asumir responsabilidad…).
Reflexiona sobre estos dos factores e intenta identificar tu valor para la empresa. Trabaja siempre consciente de estos dos puntos e intenta aumentar constantemente tu valor como trabajador. Esto te ayudará a asegurar tu puesto de trabajo y a mejorar tus condiciones laborales.
También deberías valorar los dos factores anteriores antes de pensar sobre un aumento de sueldo. Esto te ayudará a intuir si la empresa estaría dispuesta a darte un aumento de sueldo, pero también a justificar tu petición correctamente y a estimar una cifra plausible. De la misma manera, piensa también en que cada aumento de sueldo crea un margen mayor para que la empresa valore posibles alternativas y por tanto empeora tu situación en el segundo punto. Llegado un punto puede ser más barato sustituirte que seguir manteniéndote en platilla, sobre todo si por alguna razón bajase tu productividad.
Por todo lo anterior, te recomendamos ser proactivo a la hora de exigir un pago acorde a tu valor, pero también deberás ocuparte de que se mantenga un balance adecuado entre el valor que creas y el coste que supones para la empresa, ya que de lo contrario podrías poner en peligro tu puesto de trabajo.